La cantante lanzó su segundo álbum solista, Fui yo, donde, con una mixtura de estilos, se despega del género que la llevó a la fama junto a su hermana Soledad. Sueña con seguir cantando y ejercer como notaria.
Natalia pisó un escenario grande por primera vez a los 13 años. A su lado estaba su hermana Soledad que, poncho en mano, cantaba clásicos del folklore nacional. Muchas tablas pasaron bajo sus pies. La niña de Arequito que crecía artísticamente bajo el resguardo de su hermana, decidió un día dar un salto un poco más en solitario, grabó un primer disco, Me dejo andar, y lanzó su carrera. Ahora, ya recibida de abogada y con un perfil más pop que antes, Natalia Pastorutti grabó su segundo disco Fui yo, que salió a la calle hace unas semanas.
Con calidez provinciana, Natalia cuenta que divide su vida entre las giras, Buenos Aires y Arequito (donde tiene a su familia, sus amigos y su novio), y asume que el hecho de que la reconozcan en la calle “le da vergüenza”. Lejos de mostrarse como una estrella pop, Natalia está más ocupada en sentirse cómoda con las canciones que canta.
–¿Cómo sentiste el salto del primer disco a este?
–En el primer disco recién empezaba esta carrera donde me lanzaba y era para mí un gran desafío, con muchas incógnitas. Si bien el disco se hizo con mucho trabajo, pensaba mucho en qué iba a pasar. Ahora ya sé que hubo una buena repercusión en la gente, y que le gustó escucharme en otro estilo de música. Después, supongo que una de las diferencias más grande es que estuve más metida en la elección de temas y en ver qué camino queríamos darle a cada canción. El trabajo fue mucho más arduo con la elección de temas, el color de voz, el sonido de instrumentos.
–¿Los temas fueron elegidos por vos?
–Los elegimos junto con Juan Blas Caballero, el productor. Yo llevé los temas que me gustaban, él trajo los suyos e hicimos una preselección. Una vez que elegíamos las canciones, nos poníamos en contacto con el productor. Estuvo bueno, fue un trabajo con el autor y el productor, lo que permitió hacer una elaboración específica para cada canción.
–Este disco es de alguna manera un salto en lo profesional...
–Acá opiné más como público, eso me pasa con la música. No conozco mucho de notas, pero sí sé si un arreglo me gusta o queda bien. Es un aprendizaje participar de esa manera del disco. Tocaron grandes músicos y hay cosas que no podés discutir, porque ellos saben más que uno. Aunque en lo que se refiere a gustos musicales, sí puedo dar una opinión.
–¿Y cómo lo describirías desde lo musical?
–El disco anterior era más pop que este, creo que por el sonido o porque tenía más secuencias. Este disco es más natural, la idea era que sea más tocable en vivo. El disco es melódico romántico y puede tener notas de pop o fol-klore pero no me gusta definirlo porque no quiero que la gente tenga prejuicios para escucharlo. Para mí es melódico pop, melódico romántico.
–¿Y vos componés?
–No, todavía no, pero me gustaría. No, estudié mucho de música, por ahí algunas cosas con la guitarra y el charango, pero le dedico más tiempo a mi aprendizaje vocal.
–Tu carrera nace en el folklore pero este trabajo te pone en otros escenarios, ¿cómo te pensás?
–Cuando presentamos el disco anterior, si bien no iba a festivales folklóricos netos, pero sí iba a festivales que se realizan en los pueblos, fiestas de ciudades. Este año existió una mayor cantidad de géneros en los diferentes festivales, nos hemos cruzado muchas veces con Los Auténticos Decadentes, me parece que hay como una apertura a ese tipo de música o a esos ritmos musicales. Pero es verdad, no voy a ir con este disco a un festival de folklore que es donde estoy acostumbrada a ir, pero bueno, vendrán otros escenarios.
–¿Te agotó el ritmo de los festivales?
–Este fin de semana es el último que tenemos. Desde diciembre con Soledad habremos hecho casi 40 shows: Termino agotando, pero me gusta. Lo que agota por ahí es estar un día en Tucumán, otro día en Neuquén, después pasás para Misiones; pero eso tiene algo lindo, conocés el paisaje, conocés la gente, las costumbres… Ahora decís: “15 días de descanso no viene mal”, pero después 15 días sin un show también parece una eternidad. La vez que más paramos fue cuando nació Antonia, que fueron dos meses.
–¿Por qué el nombre del disco, Fui yo?
–Porque fui yo quien hizo el disco, es como hacerme cargo de este proyecto, de ser responsable de lo que hice, fue un poco eso. Decir: “bueno este disco lo hice yo, soy la responsable”, estaba bueno dentro de la idea general de lo que quería mostrar.
–¿Pensaste ejercer como abogada?
–Me gustaría ejercer, me gusta el notariado, disfruto mucho de ambas cosas. Me recibí y volví a cantar, ahora me inscribí en el posgrado, me gusta mucho, por ahí cantar los fines de semana. Sería ideal llegar a hacer las dos cosas.
–¿Qué no te gusta de esta carrera?
–Supongo que cuando uno quiere tener momentos íntimos, cuando sos alguien público ganás muchas cosas y otras no. Aparte, como soy vergonzosa, cuando te reconocen en la calle no es que no me guste, me da vergüenza. Pasa a veces que estamos en Arequito y la gente pasa y te toca el timbre como parte de un tour para saludar a la Sole y por ahí es un domingo... Pero también está bueno porque gracias a esa gente uno sigue en los shows, sigue vendiendo discos. Lo que más sufrí cuando era chica era cuando me perdía los cumpleaños de 15, o compartir cosas de la juventud, de la adolescencia, fiestas o reuniones familiares, casamientos, esas cosas muy puntuales que no van a ocurrir más.
–¿Y te gusta la política?
–A veces me interesa mucho escuchar, pero todavía no tengo una opinión muy formada. A mi edad no viví demasiado, y en lo poco que viví muchos me han defraudado. Entonces no le creo a nadie, siento que existe mucha corrupción y todos tienen que estar inmersos en este mundo para poder transitar en la política. De mi parte, participo activamente como ciudadana: voto cuando hay que votar, pago los impuestos, la vez pasada fui presidente de mesa. No tengo por qué estar en un partido político militando para estar en la vida política.
Fuente: ElArgentino
